Angelo en el Bosque Misterioso

El cine de animación infantil suele venir con manual de instrucciones para los padres: moralejas fáciles, mensajes claros y un par de canciones pegajosas. Angelo en el bosque misterioso decide salirse del guion y lanzarse de cabeza a la aventura, recordándonos que crecer también es aprender a reírse del miedo, a plantar cara al desastre y a escuchar esa vocecilla interior que insiste en que, aunque seas pequeño, puedes ser más valiente que nadie.

Vincent Paronnaud —el mismo que codirigió Persépolis— y Alexis Ducord —responsable de Zombillénium— se han sacado de la manga una peli que combina el delirio visual con un humor que hace diana tanto en niños como en adultos. La historia empieza como un simple viaje familiar para visitar a la abuela, pero tras un despiste monumental, Angelo se queda tirado en un área de servicio. Su única salida: cruzar un bosque que parece salido de una mezcla entre cuento de hadas y pesadilla psicodélica.

Lo que parece un paseo entre árboles se convierte pronto en un campo de batalla. Angelo se topa con hormigas organizadas como un ejército, un fantasma de los pantanos que vende elixires, un ogro con ansias de chuletón reprimidas y hasta un villano de manual: Ultra, un déspota con nave espacial y obsesión por destruir el bosque para hacerse inmortal. Sí, aquí el malo no quiere dominar el mundo con rayos láser, sino acabar con la clorofila. Una metáfora tan bestia como actual.

El resultado es un viaje de iniciación que nunca se toma demasiado en serio a sí mismo, pero que consigue dejar claro lo importante: la resistencia, la ecología y la ironía como armas para sobrevivir en un mundo que muchas veces parece gobernado por adultos distraídos, políticos sin escrúpulos y tecnologías que se nos van de las manos.

A nivel técnico, la animación hecha con Unreal (sí, el motor de videojuegos) le da un look de cartoon moderno con un punto grotesco, fiel al cómic original de Paronnaud, Angelo dans la forêt sombre et mystérieuse. Y lo mejor es la cantidad de referencias escondidas que convierten la peli en un parque temático para cinéfilos: desde Miyazaki hasta Pixar, pasando por Belmondo, Chuck Norris o incluso Joe Pesci.


Angelo en el bosque misterioso es un chute de imaginación sin filtros, un cóctel de aventuras, carcajadas y crítica social que se atreve a llevar todos los botones "al 10". Una película que demuestra que los cuentos no siempre acaban bien, pero que a veces lo importante no es el final, sino cómo luchamos por llegar a él.